martes, 15 de marzo de 2016

Pautas para una buena exposición - 15 de marzo del 2016

Nada más empezar la clase y sin decir nada, la profesora, después de dibujar en la pizarra un plano de una casa, el cual nos serviría para explicar las pautas para realizar una buena exposición, se subió encima de la mesa y, tras mandárnoslo, toda la clase tuvo que ponerse de pie sobre su mesa. Ninguno entendíamos el por qué de todo esto, pero más adelante lo entenderíamos.
La clase de hoy iba a consistir en explicar cómo debemos hacer una buena presentación en público, tratando para ello tres puntos muy importantes:
  1. La comunicación no verbal, es decir, aquella postura que adoptamos o los gestos que realizamos mientras hablamos en público y que resultan muy significativos.
  2. La organización del discurso, aquello que vamos a decir y la forma en la que lo vamos a hacer. Primero hay que realizar una breve presentación de nosotros mismos, después un resumen sobre nuestro tema para que, acto seguido, profundicemos más en él utilizando un PowerPoint. Por último, deberemos avisar que vamos a acabar y realizar una conclusión.
  3. La dicción, como la claridad a la hora de hablar, el volumen, la velocidad y los silencios.
A medida que la profesora nos iba explicando esos tres apartados, cada 15 minutos nos daba órdenes como por ejemplo meternos debajo de la mesa, saltar en el sitio, cambiar la silla con el compañero, etc. No entendíamos a qué se debía todo esto, hasta que nos explicó que la finalidad era romper la monotonía de la clase, hacer que los alumnos (en este caso nosotros mismos) desconecten y así tengan una mayor predisposición para aprender, ya que si están durante muchas horas sentados escuchando el discurso del profesor, los alumnos acabarán perdiendo la concentración y por lo tanto no aprenderán tanto.

Una clase bastante diferente a las demás, utilizando recursos y estrategias muy efectivas que ayudan a la comprensión de los contenidos teóricos de la asignatura. Además se consigue que la dinámica de la clase sea muy buena, favoreciendo así la predisposición de los alumnos por aprender.



Consejo que NO dan las madres: No te dejes guiar por lo que te han dicho anteriormente sobre alguien o algo. Compruébalo tú mismo.


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